sábado, 24 de marzo de 2012

Me Conformo Con…


Me conformo con que no me cuenten los vueltos delante de mío porque sé que me están cagando en la cara y no puedo hacer nada.
Me conformo con que los tacheros no te empiecen a hablar de sus problemas personales, en vez de ser uno un simple pasajero, pasa a ser psicólogo, guía espiritual y mecánico en el caso de que se le corte el cable de embrague o se le cierre el platino, porque soy tan salado que me subo a un dacia hecho tacho, es el último dacia-taxi que hay en el mundo, pero como buen pelotudo, lo tengo que agarrar.
Me conformo con que los almanaques que regalan en los negocios para hacerse propaganda, tenga motivos acordes al rubro del mismo. Si es una tintorería que tenga un saco sucio (el antes) y un saco limpio, brillante (el después), ¡pero no! Tienen unos putos perros rodeados de flores, o un salmo escrito y de fondo el ocaso, o frases hechas que son robadas de los Dos corazones (las malas lenguas dicen que esas frases inmundas son escritas por Ricardo, aunque él diga que no, porque no tiene tiempo ya que está ocupado con sus gatos)
Me conformo con que las bici sendas (en el caso de que no puedan ser destruidas) sean más angostas y no tengan la tecnología de guard ray inteligente (te pegan un grito con la voz de cacho Fontana o Moria Casan cuando te los estás por chocar “Mira para delante huevón/a” “Larga el teléfono boludo/a” o  “Pasame el numero de tu hermana/a”), ni pinturas refletarías, cámaras de seguridad, dispenser de profilácticos, música funcional, Wi-Fi ni tampoco simuladores del muro de marley.
Me conformo con que las veredas sean de baldosas comunes, las llamas “baldosas vainillas”, son las más feas y rústicas, pero las menos resbaladizas y son muchos menos propensas a romperse y acumular agua debajo de ellas, y si lo hacen por bien forras que pueden llegar a ser, la cantidad de agua acumulada es menor debido a su tamaña mucho más chico que las demás baldosas.  El puto salpicón él cual derivará en tu pantalón nuevo manchado no será tan nocivo para la estética del mismo.
Me conformo con que los grandes científicos e inventores japoneses, inventen una bombilla para el mate que nunca se tape. De esta manera dejaremos de estar como unos pelotudos haciendo malabares para poder tomar mate, dejaremos de acariciarle el culo al porongo, de levantarle la bombilla, al porongo, de soplarle la bombilla, al porongo de le pegarle de canto a la calabaza con un cuchillo. Todos estos rituales a veces parecen en vano y no queda otra que cambiarle la llevar y arrancar de nuevo. Así que con esta bombilla inteligente, autolimpiable, con saborisador de punta (o pico para los doblesentidístas) y sintonizador de Fm, nos ahorraríamos de calentarnos, con esa calabacita, mate de chapa enlozado, calabacita de vidrio, mate de plástico o siliconas (no sé porque los malgastan en mates, cuando se hacen obras de arte en los implantes mamarios con esta materia prima) o simplemente con tu porongo porque se tapa la bombilla.
Me conformo con que los chicos copien esta idea y la produzcan a gran escala, con una calidad que “zafe” para abaratar los costos de esta bombilla y se pueda conseguir fácilmente en once.
También me conformo con que al menos un analfabeto abra este puto blog.

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